La innovación ASRS en la cadena de suministro
Un invento de los ingenieros de Demag a mediados de siglo. progresó gracias a la creatividad y la adquisición de conocimientos. En auge y más alto que nunca hoy en día, las aplicaciones de AS/RS han evolucionado para seguir el ritmo cada vez más frenético del comercio en los almacenes y centros de distribución de todo el mundo, las 24 horas del día y los 7 días de la semana.
La máquina de almacenamiento y recuperación lleva cerca de 60 años siendo un elemento clave de la cadena de suministro global. La tecnología que conocemos en la actualidad como un sistema automatizado de almacenamiento y recuperación (AS/RS) fue desarrollada originalmente por el predecesor de Dematic, Demag, y las bases que sentó para la innovación siguen vigentes en los modernos almacenes de gran altura de la actualidad y controlan de forma eficiente los flujos de materiales en la industria y la logística.
En la década de 1950, la mayoría de las actividades de la cadena de suministro que se desarrollaban entre las cuatro paredes de un almacén o centro de distribución se operaban manualmente cerca del suelo. Flotas de montacargas y carretillas retráctiles desplazaban la mayoría de mercancías, en combinación con las cintas transportadoras. Las piezas y cargas más pesadas se almacenaban al nivel del suelo, y las limitaciones de altura de las carretillas elevadoras no permitían contar con estanterías muy elevadas, lo que generaba almacenes de gran apertura y muy diseminados que ocupaban mucho espacio. Esta amplia extensión de terreno también resultaba en que las existencias se almacenaban en cualquier sitio, sin un control del flujo y recogida de los productos orientado a la demanda.
La revolucionaria idea de los ingenieros de Demag Friedhelm Podswyna, Horst-Werner Ruttkamp y Werner Kühn consistió en poner patas arriba, literalmente, las estanterías de almacenamiento y fijarlas al techo. De esta forma, los mástiles móviles con dispositivos giratorios para elevar la carga podían subir y bajar por cada pasillo de estanterías para acceder a los artículos almacenados en las mismas. Las estanterías podían ser más altas de lo que pudiera alcanzar cualquier carretilla elevadora, lo que permitió un almacenamiento a más altura y más denso.
La primera máquina de almacenamiento y recuperación empezó a funcionar en 1962 y se instaló en el almacén de un club de lectura de Bertelsmann en Gütersloh, Alemania. Aunque había que controlarla manualmente utilizando una cabina situada en el mástil, ya ofrecía algo parecido a la automatización mediante un control con tarjetas perforadas.
Era el momento perfecto en Alemania para este enfoque innovador en las operaciones de la cadena de suministro, ya que nació en los pujantes años cincuenta para dar respuesta a los desafíos de los años sesenta. El almacenamiento de alta densidad ayudó a las empresas a afrontar un consumo creciente, unos precios en aumento de la energía y un espacio cada vez menor en los centros de distribución de zonas urbanas y centros industriales. Además, la posibilidad de automatización supuso un alivio en un momento en el que los salarios iban aumentando en la región. La tecnología ASRS había llegado para quedarse, fijada a los techos de los almacenes y a las estanterías elevadas, hasta bien entrados los años setenta.
Sin embargo, los avances en la ingeniería y la informática permitieron dar una nueva vuelta de tuerca a los centros de distribución. Las estanterías se devolvieron al suelo y los mástiles se elevaron para encontrar las existencias con más rapidez y solidez. Estas modificaciones redujeron las oscilaciones de las cargas a gran altura y permitieron seleccionar varios pasillos mucho más rápido, con más frecuencia y de forma más específica.
Cuando llegaron los años ochenta, las instalaciones AS/RS se habían generalizado en todo el continente, y empezaron a aparecer en Norteamérica y muchas otras partes del mundo. Comenzaron a surgir novedades con tanta frecuencia como los propios sistemas, y se alcanzaron nuevas cotas. Las instalaciones AS/RS empezaron a llamarse «almacenes a gran altura» debido a su aumento de la altura potencial de elevación hasta los 45 metros. La tecnología de los sistemas también siguió avanzando, incluidas las máquinas ASRS que podían ir de un pasillo a otro.
En los ochenta y los noventa, se desarrolló la tecnología informática, junto con las tecnologías de almacén controladas mediante software. Se introdujeron sensores, imanes y láseres para medir la distancia y la posición con una precisión nunca antes vista. Los sistemas de accionamiento sin pasos requerían menos energía, y los nuevos equipos de gestión de la carga alcanzaban más profundidad en la estantería, lo que permitía que distintos sistemas de contenedores y palés dieran servicio a nuevos mercados.
Bien entrado ya el siglo XXI, no parece que los sistemas AS/RS vayan a dejar de desarrollarse. Se calcula que el mercado de los AS/RS alcanzó un valor de 7600 millones de dólares estadounidenses en 2019, y se espera que crezca con rapidez y alcance los 11 000 millones de dólares en 2024 (fuente). Se espera que las innovaciones también continúen, puesto que los expertos del sector seguirán trabajando en avances tecnológicos que:
- Aumentarán la eficiencia energética, así como la recuperación y reutilización de la energía.
- Evitarán picos de energía gracias a la programación de los arranques controlada por software.
- Reducirán el peso del sistema en general gracias a los materiales de construcción obtenidos con nuevas tecnologías.
- Reducirán la posible oscilación de los mástiles con sistemas amortiguadores.
- Aumentarán la vida útil de los elevadores sustituyendo las cadenas por cinturones de tracción más resistentes, un adelanto proveniente del sector de los elevadores y ascensores.
Innovaciones como estas aceleran el crecimiento de los sistemas AS/RS y les permiten alcanzar nuevas cotas, de forma que puedan seguir el ritmo cada vez más frenético del comercio en los almacenes y centros de distribución de todo el mundo, las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Sin embargo, ya sea patas arriba o en su posición original, el principio operativo básico es el mismo desde hace años: brindar una capacidad de almacenamiento de alta densidad protegida, seleccionar con seguridad los productos correctos en el momento adecuado y llevarlos al lugar que les corresponde.