En toda la diversa región del Sudeste Asiático se ha producido una transformación en la forma en que la gente come, bebe y compra lo que consume.  Esto ha ido acompañado de un crecimiento significativo debido al aumento de la urbanización, los cambios en los hábitos alimentarios y el aumento de la renta disponible, todo lo cual ha dado lugar a un aumento del consumo de alimentos y bebidas envasados.

Según un informe de McKinsey & Company, los más de 600 millones de habitantes de la región de la ASEAN gastan cada año 200.000 millones de dólares en comestibles, pero el comercio tradicional sigue representando dos tercios de este total. Esto indica claramente que el sector de la alimentación moderna tiene margen y la oportunidad de captar una mayor proporción de las necesidades de compra. El informe prevé un crecimiento de entre el 6% y el 7% anual para el comercio minorista de alimentación moderna hasta 2025, lo que convierte a la ASEAN en una de las regiones del mundo con mayor crecimiento y más interesantes para los ultramarinos modernos. 

Además de experimentar un crecimiento, el sector también está experimentando un rápido cambio en las áreas de tecnología, digitalización, sostenibilidad y seguridad alimentaria.  Como resultado, la región está siendo testigo de un extraordinario crecimiento de las inversiones tanto locales como internacionales, elevando los sectores de la restauración y los ultramarinos a nuevas cotas.

Desde la integración del comercio electrónico y las aplicaciones móviles hasta la adopción de prácticas más sostenibles, los líderes del sector siguen empleando diversas medidas para satisfacer las necesidades cambiantes de la creciente clase media de la región.

Combinados, el aumento del volumen de pedidos y la evolución de los gustos y expectativas de los clientes han sometido a las cadenas de suministro de alimentación y comestibles del Sudeste Asiático a más presión que nunca.

Esta presión ha obligado a muchas empresas del sudeste asiático a reconocer las deficiencias de sus actuales operaciones en la cadena de suministro, lo que les ha planteado el reto de encontrar la mejor manera de superarlas para aprovechar las enormes oportunidades que ofrecen los mercados actuales de alimentación y comestibles. Uno de los retos más importantes es la mano de obra en la cadena de suministro.

En el pasado, las conversaciones sobre la mano de obra en el entorno de la cadena de suministro se centraban sobre todo en el coste de la mano de obra y en cómo afectaba al rendimiento de la inversión (ROI) de la empresa en general.

Hoy en día, la atención se ha desplazado más hacia la cuestión de la disponibilidad y fiabilidad de la mano de obra necesaria para satisfacer las demandas de la cadena de suministro, el comercio electrónico y mantener la continuidad de la empresa. Los costes de la mano de obra y los problemas de disponibilidad pueden variar mucho en el Sudeste Asiático.

En Tailandia, por ejemplo, el coste de la mano de obra es relativamente bajo en comparación con otras regiones internacionales. Sin embargo, la fiabilidad de la mano de obra es escasa, ya que los trabajadores cambian a menudo de trabajo por un sueldo ligeramente superior o mejores condiciones, y es habitual que se produzcan altos niveles de absentismo. Esto hace que el coste real de la mano de obra sea significativamente más alto si se tienen en cuenta los costes ocultos adicionales, como las horas extraordinarias, el uso de trabajadores eventuales y la incorporación y formación más frecuentes de los nuevos empleados.

Mientras tanto, en Corea, las tensiones recientes y actuales entre sindicatos, empresarios y gobierno han elevado el coste de la mano de obra, y los empresarios se ven obligados a cumplir nuevas condiciones.

La ciudad estado de Singapur depende en gran medida de un gran número de trabajadores extranjeros para sostener su economía de 400.000 millones de dólares. Sin embargo, se han introducido controles más estrictos sobre la contratación de trabajadores extranjeros poco cualificados para incitar a las empresas a mejorar su productividad y reducir su dependencia de los trabajadores extranjeros.  Se esperan más controles y restricciones en los próximos años.

Las empresas con operaciones en la cadena de suministro que dependen en gran medida de una gran mano de obra manual sufren cada vez más la falta de constancia, consistencia, disponibilidad y fiabilidad asociadas a la mano de obra, así como una base de costes cada vez mayor.

Encontrar, retener y flexibilizar el nivel de mano de obra necesario para mantener el ritmo de crecimiento y las demandas que se producen en el espacio de la logística de alimentos y bebidas y comestibles, al tiempo que se hace frente a un aumento de la normativa, es cada vez más difícil de gestionar para muchas empresas en el sudeste asiático. Los retos a los que se enfrentan los operadores de la cadena de suministro en lo que respecta a la mano de obra son uno de los principales motores de la inversión en sistemas automatizados. Esto se debe al importante papel que desempeña la automatización en la reducción de la dependencia de la mano de obra y los retos que conlleva.

Acontecimientos perturbadores como la pandemia de COVID han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de muchas operaciones logísticas con grandes plantillas ante factores externos. Y la región del Sureste no es ajena a las perturbaciones. A lo largo de las últimas décadas, nos hemos acostumbrado a las perturbaciones y a su correspondiente impacto en la mano de obra, derivadas de una serie de acontecimientos que van desde la crisis financiera asiática a la crisis financiera mundial, pasando por el SARS, la gripe aviar, la gripe porcina, los tsunamis y un largo etcétera.  La automatización permite a las cadenas de suministro hacer frente a los retos laborales actuales, pero también a la próxima perturbación o cambio, mediante la incorporación de un alto nivel de resistencia y adaptabilidad a sus negocios y operaciones.  

La automatización ayuda a las empresas a mantenerse por delante de sus competidores en el entorno altamente competitivo de la restauración y la alimentación del Sudeste Asiático, aumentando la agilidad para responder a las cambiantes demandas de los clientes y pudiendo enviar los pedidos mejor, más rápido, de forma más fiable y a un coste menor.

Con la amplia gama de opciones de automatización de la cadena de suministro disponibles en la actualidad, entre las que se incluyen, sistemas de almacenamiento automatizados, vehículos de guiado automático y robots móviles autónomos, y sistemas de paletización de cajas mixtas altamente automatizados, no existe un enfoque único.  Lo mejor para un operador de alimentación y comestibles es invertir tiempo en comprender su negocio -dónde está y hacia dónde se dirige o podría dirigirse- y trabajar en colaboración con un especialista en automatización logística para analizar toda la información y encontrar la mejor solución.

A medida que la nueva era de inmenso crecimiento e innovación en los sectores de alimentación y comestibles continúa en el sudeste asiático, la cadena de suministro no tiene más remedio que trabajar más rápido y más duro que nunca. Como no se puede garantizar la disponibilidad y fiabilidad de la mano de obra, los operadores de la cadena de suministro recurren cada vez más a la automatización. Esto les permite lograr la escalabilidad, resistencia y agilidad necesarias para satisfacer la creciente demanda de productos de alimentación y bebidas y cumplir las crecientes expectativas de los clientes. Aquellos operadores que puedan ofrecer el coste más bajo, la entrega más fiable y rápida y el cumplimiento de pedidos más preciso estarán mejor posicionados en un mercado de alimentación y comestibles cada vez más global y ferozmente competitivo.